Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 13 segundosCorrientes, la provincia con más yaguaretés libres, se afianza en producción de naturaleza y turismo. Ya son entre 35 y 40 los ejemplares que viven en libertad en los Esteros, y se integran a una cadena de especies con su rol firme. Cada vez más, se los puede avistar en los paseos. Desde 2018, cuando nacieron los primeros cachorros, comenzó para la provincia una nueva era. El tiempo de los yaguaretés libres marcó un hito con la liberación de los primeros ejemplares en 2021. Desde la visión de recuperar especies extinguidas hace más de 70 años en la región hasta la realidad que se puede ver cada día en los Esteros del Iberá parece que hubieran pasado siglos. Y aunque no han sido tantos, en los últimos años desde la liberación de los primeros ejemplares hasta ahora, la familia de yaguaretés que viven, coexisten con otras especies que estaban también en peligro, cazan, se reproducen y ya pueden ser observados por visitantes y habitantes de la zona, son cada vez más. A través de un video, la fundación Rewilding Argentina compartió imágenes captadas con cámaras trampa que ilustran esa evolución. Lo publicaron en redes sociales bajo el título de “Iberá Renace en 30 segundos”. Y relata lo siguiente: “En un monte en el corazón de Iberá, una cámara trampa registra a Karaí, quien fuera liberada en enero de 2021 cuando era una cachorrita de solo cuatro meses. Detrás aparece Poo Guazú, uno de los cachorros de su tercera camada, con la caza del día entre sus fauces: un mono carayá. Segundos después, el joven yaguareté es sorprendido por un pecarí de collar que lo persigue. Momentos más tarde, la familia de pecaríes sigue merodeando por el monte con su cría. Aunque no fueron los últimos ese día, al finalizar la tarde, Karaí y sus dos cachorros, Poo Guazú y Mimbí (un macho y una hembra) retozan frente a la cámara”, describen. A modo de reflexión, desde la organización que fue pionera en la reintroducción de estas especies y forma parte del Comité Iberá, destacaron: “Hace pocos años, en estos montes no había yaguaretés ni pecaríes, y los monos carayá eran escasos. Hoy podemos volver a observar estas interacciones. El rewilding (reintroducción) los ha traído de vuelta y el Iberá es un ecosistema cada vez más completo, funcional y bello”. Tierra de yaguaretés Hasta 2024, se contaba con unos 25 yaguaretés libres, varios de ellos nacidos en Iberá a partir de la reintroducción de los primeros ejemplares que habían sido traídos desde otros puntos del país y Latinoamérica para cumplir esa función de reproductores. “En 2025, estimamos que son entre 35 y 40. Y digo estimamos, porque no se puede saber con total certeza. A la mayoría los tenemos monitoreados. Salen en cámaras trampa o tienen collar. Pero como ya hay muchos que van naciendo en libertad, ya no tenemos registro individualizado. La manera de reconocerlos es a través de su patrón de manchas, que cada uno tiene de manera única, como si fuera una huella digital. Tenemos un registro, como si fuera un manual, donde está cada uno con la foto de sus manchas identificado con sus nombres. De ese modo, al observarlos podemos identificarlos. Pero en algunas ocasiones registramos algunos que no conocíamos y aparecen con cachorros, o siguiendo el rastro de algun otro animal”, describe Marisi López, coordinadora Ejecutiva del Comité Iberá y parte de Rewilding Argentina. Los felinos ya se mueven por toda la isla San Alonso, de unas 11 mil hectáreas. Y se han ido registrando también “varias dispersiones de ejemplares que han cruzado nadando. Uno apareció cerca de Carlos Pellegrini, atravesó todos los Esteros. Sabemos que son grandes nadadores. También se ha visto otro por pescadores brasileros en Itá Ibaté. Y hubo otro registro en video de un paisano del campo, que se cruzó con un yaguareté cazando un chancho salvaje”, enumeró. “Fue en un campo ganadero: el hombre iba a caballo haciendo una recorrida por la hacienda y notó un movimiento extraño detrás de unos arbustos. Así que empezó a filmar. Luego un yaguareté sale corriendo al escuchar el caballo, y dejó a medio comer al chancho salvaje. Vemos que comienzan a moverse, incluso entre medio de campos ganaderos, sin tocar vacas ni ternernos. Cazan estos chanchos que son plagas. Y cuando escuchan personas, se alejan. Es una muy buena actitud, cumpliendo su rol de depredador tope, moviéndose ya por diferentes lugares fuera de la Isla”, remarcó. Esa coexistencia con diversas especies y también con los habitantes del entorno era algo que se esperaba, y que se confirma con los distintos avistajes que se han ido dando. “Estamos cada vez más cerca del momento en que los turistas puedan ir a Iberá a observar yaguaretés. Hay mucha expectativa en torno a ese turismo, en todo el mundo”, aseguró la referente. También los biólogos y especialistas que trabajan en el proyecto han podido encontrarse con familias de yaguaretés que los observaban desde las orillas al recorrer la isla navegando. “No falta mucho para que esto se convierta en turismo de observación de yaguaretés. Habrá que ver por dónde, y cómo se instrumenta. Pero Iberá está cada vez más cerca de eso”, sostuvo. Producción de Naturaleza A través del plan Iberá, “se lo está viendo al territorio de manera abarcativa. Desde lo turístico, donde se generan más ingresos para las localidades. Pero también la manera en que la fauna se convierte en el atractivo para atraer a ese desarrollo. El Iberá ya es el destino de avistaje de fauna silvestre más importante de Argentina”, aseguró López. Ciervos, venados de las pampas, carpinchos y más de 370 especies de aves conforman esa riqueza de biodiversidad restaurada. “El yaguareté es la joya. También lo va a ser la nutria gigante, que tuvo a su primera familia liberada hace unos dos meses en San Alonso. Corrientes es la única provincia que tiene una familia de nutrias gigantes recorriendo sus lagunas y…