Reconquista fue la capital latinoamericana del algodón

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La ciudad de Reconquista, en Santa Fe, se convirtió en el centro de la investigación y desarrollo del algodón en Latinoamérica, al recibir a expertos y representantes de toda la región en la reunión de ALIDA. El encuentro permitió relanzar la cooperación regional y definir estrategias para un algodón más competitivo, sostenible e inclusivo.

Reconquista, en el norte de Santa Fe, se convirtió durante la semana pasada en el epicentro del algodón latinoamericano. La ciudad fue sede de la reunión de la Asociación Latinoamericana de Investigación y Desarrollo del Algodón (ALIDA), que reunió a representantes de México, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Chile y Argentina, junto con expertos del ICAC de India, Estados Unidos y Colombia.

Bajo la consigna “Horizontes productivos del algodón en Latinoamérica y el Caribe”, el encuentro no solo permitió debatir sobre el presente y futuro del cultivo, sino también relanzar ALIDA, que no se reunía desde 2017, reafirmando la cooperación regional como motor del desarrollo sostenible del algodón.

Cuatro ejes para fortalecer la competitividad y sostenibilidad

Durante las jornadas, los especialistas trabajaron sobre cuatro ejes técnicos que constituyen la hoja de ruta del algodón latinoamericano.

Ecofisiología y recursos naturales: Se destacó la diversidad agroclimática de la región y la capacidad de adaptación de los productores a distintos contextos ambientales. Los expertos coincidieron en que la gestión eficiente de suelo y agua es clave para sistemas de producción sostenibles, resilientes y adaptados a las condiciones locales.

Conservación de recursos genéticos y mejoramiento: Los participantes subrayaron la importancia de integrar el mejoramiento tradicional, la biotecnología y la conservación de germoplasma. Esta estrategia, indicaron, fortalece la competitividad del algodón frente a los desafíos climáticos, fitosanitarios y del mercado global.

Protección vegetal: El manejo de plagas, malezas, insectos y enfermedades se analizó desde un enfoque sistémico e integrado. Se resaltaron alternativas de control con menor impacto ambiental, incluyendo el uso de hongos entomopatógenos, y se acordó avanzar hacia un manejo más sustentable de los agroecosistemas algodoneros.

La mini desmotadora de algodón, otro desarrollo del emblemático equipo de mecanización agrícola de INTA Reconquista, fue una de las atracciones para los visitantes.

Innovación tecnológica y organización institucional: La sesión abordó redes de producción, participación de mujeres, agricultura familiar y modelos asociativos como APPA, AAPA y ABRAPA. Se presentaron avances en trazabilidad, calidad de fibra y certificaciones para mejorar la inserción internacional. Además, se proyectó la adopción de tecnologías 4.0, drones, robots y plataformas digitales, abriendo el horizonte hacia un “algodón inteligente”, aunque con desafíos de financiamiento y adaptación local.

La presencia de las mujeres algodoneras

En paralelo, la Red Argentina de Mujeres Algodoneras coordinó un taller de hilado con huso en la EEA Reconquista. Productoras y artesanas compartieron saberes y prácticas ancestrales, guiadas por el artesano textil Ricardo Contreras, de Santiago del Estero. La actividad destacó que el algodón mantiene viva su identidad cultural y comunitaria, junto con el impulso hacia la innovación tecnológica.

Representantes de México, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Chile y Argentina participaron del encuentro.

Perspectiva global: el ICAC y la cooperación internacional

Representantes del ICAC resaltaron la relevancia global del algodón. Eric Trachtenberg definió al cultivo como “las Naciones Unidas de las fibras”, por su capacidad de reducir la pobreza, empoderar a las mujeres, combatir el cambio climático y adaptarse a regiones donde otros cultivos no prosperan. Keshav Kranthi agregó que la misión de los investigadores va más allá de aumentar rendimientos: “Nuestra obligación es mejorar los ingresos de los productores, y la cooperación internacional es clave para lograrlo”.

El mensaje de la reunión fue claro: solo mediante cooperación regional, innovación tecnológica y políticas de largo plazo, el algodón puede seguir siendo un motor de desarrollo sostenible, competitivo e inclusivo para América Latina y el Caribe.

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