Estudiante de la UNNE innova con una técnica que puede cambiar la agricultura familiar

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Biotecnología en el NEA

Alejo Oliva estudia ingeniería agronómica y desarrolló un trabajo premiado que busca mejorar la producción de la legumbre caupí.

Alejo Julián Oliva tiene 22 años, es de Resistencia, cursa el quinto año de Ingeniería Agronómica en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y, en solo dos meses, desarrolló una investigación que resultó ganadora del premio al mejor trabajo en Ciencias Agropecuarias en las Reuniones de Comunicaciones Científicas y Tecnológicas.

Actualmente, se prepara para representar a su universidad en las Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo, que se celebrarán en noviembre en Tucumán y donde competirá con sus pares de todo el continente.

Su proyecto propone una solución biotecnológica que combina biopolímeros y agentes biológicos para mejorar la germinación del caupí (vigna unguiculata), una legumbre con alto valor nutricional y gran potencial productivo en el NEA, especialmente para la agricultura familiar. La técnica apunta a reducir el impacto de los hongos del suelo y transformar al grano en una alternativa rentable y sustentable.

UN ESPACIO QUE TRANSFORMA

«Pertenecer a la UNNE me tiene muy contento», dijo Alejo con orgullo. Al principio dudó sobre qué carrera elegir, pero siente que no se equivocó. Valora el compromiso de sus docentes, el intercambio continuo y la posibilidad de vincularse con equipos de investigación.

Además de haber obtenido una beca de pregrado de la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la UNNE, Oliva también es becario desde hace cuatro años del programa «Potenciamos tu Talento» del Banco Galicia, gestionado por la Asociación Demos. En sus palabras destaca un respaldo humano profundo: «Lo que encontré fue una familia. Las tutoras son como mis mamás facultativas. Me acompañan en los buenos y malos momentos».

UNA RED QUE SOSTIENE Y PROYECTA

Alejo construyó su identidad como estudiante e investigador en una trama de vínculos humanos que lo inspiran y sostienen. «El grupo de becarios ya son mis amigos, y eso me motiva incluso en los momentos en que me siento inseguro», admite. La combinación entre el acceso a la educación pública de calidad, el compromiso docente, y las redes de tutoría académica, son el verdadero motor del progreso.

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