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El volumen de faena de vacunos con destino al mercado interno se mantiene en los mismos valores que años atrás, aunque, las plantas frigoríficas en el Chaco tiene una capacidad ociosa alta.
En cuanto al volumen de faena en la provincia, el presidente de la Cámara frigorífica del Chaco, Eduardo Carrara estimó en dialogo con Agroperfiles Radio que procesan entre 16.000 y 18.000 cabezas de ganado por mes.

Esta cifra incluye tanto las empresas nucleadas en la Cámara Frigorífica como las cooperativas de Resistencia que operan fuera de la entidad.
Aclaró que estos datos no contemplan los mataderos municipales, cuya actividad no está registrada con precisión, aunque representa un porcentaje menor del total.
No todas faenan todos los días
Carrara explicó que no todas las plantas faenan todos los días. En su caso particular, y en la mayoría, la faena se realiza entre dos y tres veces por semana. “Inclusive, un día lo destinamos a la faena de cerdo. El resto de los días se hace vacuno, según cómo venga el consumo”.
El sector cuenta con capacidad ociosa: “La mayoría de las plantas tenemos posibilidad de hacer uno o dos días más de faena a la semana, incluso de trabajar a doble turno. Pero hoy no hay consumo que lo justifique. Ojalá algún día podamos acercarnos a una mayor ocupación”.
El consumo de cerdo
En relación al cerdo, Carrara destacó el crecimiento sostenido del consumo en los últimos años. “Hace unos años hubo un pico y se estabilizó. Pasamos de consumir 7 u 8 kilos per cápita a unos 20 o 25 kilos anuales, lo cual es un gran avance”.
Sin embargo, reconoció que todavía cuesta modificar los hábitos del consumidor argentino: “El paladar sigue acostumbrado a la carne vacuna. Por ahí comen cerdo una vez por semana y listo. Se limitan a una costeleta o una costilla, cuando hay muchas otras alternativas que podrían aprovecharse”.
Cómo está el consumo
Eduardo Carrara, habló con Agroperfiles sobre la situación actual del consumo de carne vacuna en la provincia y el impacto del contexto económico y productivo.

“Justamente la semana pasada tuvimos una reunión con los muchachos de la Cámara y hay cosas que por ahí no se explican. Se habla de que la plata no alcanza, pero nosotros vemos que el consumo de carne viene prácticamente igual”, señaló Carrara.
El dirigente explicó que en el mes de enero se registró un pico histórico en el consumo de carne, algo que llamó la atención del sector. Sin embargo, en febrero se evidenció una caída del 15%, y desde entonces, el nivel de consumo se ha mantenido estable.
En ese sentido, Carrara remarcó que “a veces sorprende para bien, porque seguimos trabajando, a pesar de que el sector del interior de la provincia depende mucho del campo y fue un año trágico con la sequía, donde prácticamente no se cosechó nada”.
El empuje del productor
Aun así, destacó el empuje del productor chaqueño: “Hoy el productor sigue apostando, ya están preparando girasol, sembrando trigo… la verdad que admiro la capacidad de trabajo, de no bajar los brazos y seguir adelante”.
Carrara también valoró el movimiento económico que se percibe a diario: “Salgo a veces a las 2 o 3 de la tarde del frigorífico y veo gente que se va a trabajar, albañiles, empleados; la economía se sigue moviendo, a pesar de todo lo que sabemos”.
Los desafíos del sector
Consultado sobre los desafíos actuales del productor ganadero, Eduardo Carrara fue claro: “El productor necesita como mínimo cuatro años para tener un animal en condiciones de faena. Esto implica años de gastos acumulados, costos crecientes y un gran esfuerzo, cuando en realidad el productor nunca fue formador de precios”.
En ese marco, el presidente de la Cámara Frigorífica del Chaco explicó que, si bien hoy se habla de que la hacienda está en valores históricos en dólares, esto no refleja la realidad del negocio: “Sí, puede ser que esté cara en dólares. Pero también los costos de producción están altísimos, también en dólares. El combustible, los sueldos, los insumos… todo sale muy caro. Entonces, decir que la hacienda está cara en dólares puede ser un poco engañoso”.
Los precios del ganado
Carrara detalló que actualmente el novillo en pie se paga entre $3100 y $3200 en los feedlots, valores similares a los registrados en febrero. “La carne tampoco ha aumentado significativamente, apenas pequeños ajustes mes a mes, por debajo de los índices de inflación. Eso significa que los márgenes se achicaron muchísimo”, explicó.
Frente a este panorama, el dirigente remarcó que la rentabilidad de los frigoríficos se sostiene apostando al volumen: “Los negocios como los nuestros ya no son tan rentables, por eso es fundamental aumentar la faena. Estamos trabajando para lograr un estándar único sanitario que nos permita abrir nuevos mercados, incluso a pueblos vecinos a nuestra provincia. La capacidad de los frigoríficos del Chaco está operando al 30 o 35%, y si no se hace volumen, los números no cierran”.
La caída del valor del cuero
Carrara también se refirió a otro problema que afecta directamente a la estructura financiera de las plantas frigoríficas: la caída del valor del cuero.
“Antes el cuero era el principal subproducto que sostenía parte de la economía del frigorífico. Hoy se ha transformado en una pérdida”, lamentó. “Estamos vendiendo el cuero a $120 el kilo, es decir, unos 10 centavos de dólar, cuando históricamente el precio oscilaba entre 90 centavos y 1 dólar. Y una bolsa de sal cuesta entre $5800 y $6000, con lo cual prácticamente vendés el cuero solo para cubrir el costo de salado. Todo el resto, la mano de obra, el procesamiento, lo perdés”.
Carrara recordó que en el año 2008-2009, ante la falta de compradores, llegaron a enterrar cueros: “Fue un terrible costo. Luego tuvimos que desenterrarlos, incinerarlos, fue un proceso muy caro. Hoy seguimos vendiéndolos con pérdida para no llegar a esa situación nuevamente”.
Las menudencias
El invierno trae consigo un repunte en el consumo de achuras, y los frigoríficos chaqueños lo saben bien. Eduardo Carrara señaló que esta es la mejor época del año para la venta de estos productos: “Siempre el invierno se caracterizó por tener una alta demanda de achuras. En verano por ahí se tranca un poco, pero en esta época se vende todo”.
Como estrategia, muchas plantas optan por congelar productos como el mondongo durante el verano, cuando la venta es más lenta, para luego comercializarlos en invierno, cuando la demanda crece considerablemente. “Si el animal tuviera dos juegos de achuras, también se venderían. La verdad que la demanda es alta”, agregó.