Grupo Cavalca amplía sus operaciones en agricultura y apunta a nuevas fronteras

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Un holding familiar con raíces en el oeste de Paraná genera más de R$ 2,5 mil millones en ingresos por año, posee empresas en diversos sectores y aprovecha actores como Amaggi y Locks para mejorar sus operaciones agrícolas.

“Donde muchos vieron tierra, nosotros vimos futuro”. Este es el lema que inspiró a Arlindo Cavalca, un gaucho que partió de Bento Gonçalves para contribuir a la colonización del oeste de Paraná, una región que se transformó a lo largo del siglo XX con la llegada de inmigrantes europeos y de otras partes de Brasil.

Un negocio de Cavalca llevó a otro. Primero surgió Colonizadora Gaúcha en 1949. Ante la necesidad de atender a los colonos, pronto surgieron empresas de Moinho Iguaçu y cerámica, y a partir de ahí, una serie de nuevas empresas en diversos sectores.

Hoy, más de medio siglo después, la familia es propietaria del Grupo Cavalca, un holding que reúne cinco empresas de diferentes sectores como logística, agrícola, alimentación y construcción, con una facturación anual de más de R$ 2,5 mil millones y en continua expansión.

La idea de la familia es replicar un modelo como el de grandes grupos como Amaggi y Locks, colocando la explotación agrícola como buque insignia del negocio, con operaciones en diferentes puntos de Brasil.

QUIEREN ESTAR ENTRE LOS DIEZ MEJORES JUGADORES

“En agricultura, queremos estar entre los diez mayores players de Brasil”, resume Lucas Cavalca, ingeniero agrónomo que representa la tercera generación de la familia, en entrevista con AgFeed .

El proyecto cobró impulso tras la desinversión de la familia en Moinho Iguaçu, uno de los mayores activos de Paraná, adquirido Originario del Oeste de Paraná, el Grupo Cavalca factura más de R$ 2,5 mil millones al año y ahora pretende ser uno de los diez mayores actores del agronegocio brasileño.

Con 89,8 mil hectáreas en Mato Grosso y proyectos de integración cultivo-ganadería, el grupo planea avanzar hacia nuevas fronteras agrícolas en Tocantins, Piauí y Maranhão.

A pesar de permanecer bajo control familiar, el grupo apuesta por profesionalizar sus operaciones, con la formación de un directorio y políticas de gobernanza.

La rama agrícola de la familia es AgroCavalca, una empresa que existe desde la década de 1980 y que ahora tiene una fuerte presencia en Mato Grosso, con 89.800 hectáreas de terreno en fincas ubicadas en Rondonópolis, Campo Novo do Parecís, Sapezal y Santiago do Norte, ciudades de Mato Grosso.

«Actualmente estamos plantando 48.000 hectáreas de soja, 25.000 hectáreas de maíz y 6.800 hectáreas de algodón», estima Lucas Cavalca.

QUIEREN EXPANDIR LAS OPERACIONES

A partir de ahora, la familia planea expandir las operaciones de AgroCavalca a otras zonas agrícolas del país. «Hoy en día, la tierra es muy cara en Mato Grosso, incluso en comparación con lo que era hace diez años. Como ya sabemos que nuestra vocación es la agroindustria, queremos crecer en el sector agrícola. Y para ello, estamos explorando otras fronteras», explica Cavalca.

En el momento en que el agrónomo habló con AgFeed , se encontraba momentáneamente en la oficina del grupo en Curitiba, pero a punto de viajar a Tocantins en busca de nuevas oportunidades.

“Estoy llamando a la mitad de la gente que conozco que está allí para entender cómo funcionan las cosas”, dice, y agrega que viajará a Piauí y Maranhão el próximo mes, también en busca de novedades.

MANTENER LA CALMA

“Mantuvimos la calma cuando la soja estaba en su auge y ahora, gracias a Dios, estamos bien capitalizados”, explica Lucas Cavalca.

La idea, por tanto, es buscar nuevas áreas para la siembra de cereales y, si es posible, integrar la producción agrícola con la ganadería, lo que supone un nuevo retorno a los orígenes de la familia, que entre los años 1960 y 1970 trabajó también en la ganadería.

“Mi bisabuelo fue en su día el mayor ganadero de Paraná. Pero se dedicó a la agricultura en tierras más fértiles”, cuenta Cavalca.

En una de las fincas del grupo, Florida, que abarca 2.400 hectáreas, los Cavalcas ya están realizando un proyecto piloto de integración cultivo-ganadería en 800 hectáreas de la propiedad, en asociación con la empresa Novapec, conocida por su trabajo con ganadería sostenible.

RESTITUIMOS EL FOSFORO DEL SUELO

“En el contrato estipulamos que todo el fósforo extraído del suelo por el ganado tendría que ser restituido. Pero el ganado no lo extrae. Y precisamente en estas zonas más débiles, donde antes casi no teníamos producción, ahora estamos viendo promedios astronómicos, con 94 sacos de [soja], una productividad altísima”, afirma.

Lucas Cavalca también compartirá parte de su exitosa experiencia personal de los últimos tres años.

Desde 2022, en un negocio propio independiente del grupo, ha estado operando tierras en Roraima, considerada una de las nuevas fronteras agrícolas de Brasil, y ha cosechado resultados positivos en la siembra de cereales, incluso en condiciones climáticas y logísticas adversas.

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