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La combinación de factores económicos y políticos que se dio esta semana generó una mezcla rara, encendiendo todas las luces del semáforo a la vez. Aunque el visto bueno del FMI a la primera revisión del acuerdo ayudó a derramar optimismo el viernes en los mercados, otros hechos dejaron cierta preocupación.
El primero fue la extrema volatilidad de la tasa de interés, una decisión que tendrá impacto sobre la economía real, aunque todavía no puede ser medido. El segundo fue el estallido público de las diferencias entre Karina Milei y Santiago Caputo.
El calor que levantó la pelea fundió las soldaduras del triángulo de hierro. Y lo que temen los inversores es que esta pelea modifique la ecuación interna del poder libertario.
Todas estas derivaciones están en estado latente. Es prematuro anticipar cuándo saldrán a la superficie y con qué forma. Lo que es seguro es que en algún momento lo harán.
Veamos las señales de la semana:
LUZ VERDE
Cuando caía la tarde del jueves, el FMI cumplió la promesa que había hecho temprano su vocera. El entendimiento estaba verdaderamente cerca, como mencionó Julie Kozack por la mañana. Pero el organismo limitó el anuncio a un comunicado de prensa.
El documento medular que todo el mercado quiere leer, el Staff Report, se hará público seguramente cuando el directorio del Fondo otorgue el visto bueno formal a la primear revisión del acuerdo y libere el giro correspondiente de u$s 2000 millones. Eso sucederá la semana próxima, antes de que todo Washington entre en el receso de verano.
El interés del mercado fue potencia por el propio Luis Caputo, que ese mismo jueves por la noche aseguró, en el canal de streaming libertario “Carajo”, que lo que se acordó “es mejor que lo que teníamos”. Lo que reflejan las palabras del funcionario es que la revisión no se limitó a una evaluación de cifras. Todos sabíamos que en esa instancia el Gobierno tenía un aprobado en el frente fiscal y un desaprobado en la acumulación de reservas. El Fondo no hizo mención en el comunicado sobre el posible “perdón” que deba otorgar el directorio, y aunque se da casi por hecho que ese waiver será otorgado, también es seguro que hubo nuevos compromisos para obtenerlo.
Después de elogiar la solidez del programa y sus resultados, especialmente en materia de desaceleración de la inflación y baja de la pobreza, el texto precisa que “en línea con los objetivos del programa, se alcanzaron entendimientos sobre políticas orientadas a resguardar el cumplimiento del ancla fiscal, reconstituir reservas, reducir la inflación de forma duradera y continuar mejorando la claridad y el funcionamiento del marco monetario”. Este esbozo de medidas será complementado, según el Fondo, con nuevas decisiones para “avanzar hacia una economía más abierta, resiliente y basada en el mercado”.
Como se verá, el visto bueno del FMI no fue gratuito. Hubo negociación y hubo hechos que el equipo económico fue plasmando en las últimas semanas para acercar posiciones. Uno de ellos fue la progresiva compra de dólares para sumar reservas (desde el pago del megavencimiento del 8 de julio hasta ayer, se incrementaron casi u$s 1500 millones). El segundo fue una convalidación de un tipo de cambio más alto, que corrió la cotización oficial más cerca de $ 1300. El tercero fue el desarme de las Lefi que, si bien fue evaluado como un error autoinflingido, no tuvo tanto que ver con un error de cálculo como con la necesidad de ajustar la política monetaria a otros estándares.
Si el Palacio de Hacienda le dio luz verde al BCRA para “marcar” precios del dólar a través de contratos de futuro, fue para contener su traspaso a precios. En realidad, Economía ya había comprobado en los meses previos que este fenómeno tan argentino se había moderado. Pero como la psicología del consumidor pesa, la reacción preventiva no estuvo de más.
Acciones y bonos tuvieron ayer una reacción positiva al anuncio, como era de esperar. Pero el riesgo país se mantiene en la zona de los 750 puntos. Esa resistencia es percibida como un factor de incertidumbre a mediano plazo, tanto financiera como electoral.
El presidente Javier Milei y Luis Caputo irán hoy al cierre de la Exposición Rural. Anoche no había más trascendidos de que habrá gestos en materia de retenciones, pero orientados más a la ganadería que a los cereales. El margen fiscal para aplicar una rebaja más contundente es nulo. Por eso si Milei llega a hacer una promesa, como es la especulación que hace el sector, estará atada a que las provincias lo acompañen a través del Congreso. Si los gobernadores convalidan las leyes que se votaron en el Senado (aumento a jubilados, incremento del bono, prórroga de la moratoria previsional, nuevo reparto de ATN y del impuesto a los combustibles) habrá veto y más pelea.
LUZ AMARILLA
En el primer trimestre el equipo económico tenía otro escenario macroeconómico en mente, a la hora de proyectar sus ingresos. Pero el nivel de actividad tuvo dos tropezones: primer en abril, por la incertidumbre previa al acuerdo con el FMI, y luego en junio, donde se empezó a notar un enfriamiento de ciertos consumos y la necesidad de destinar fondos a cancelar deudas, un factor que saltó como noticia cuando los bancos dieron cuenta de que la mora en los pagos de tarjeta y préstamos personales había pegado un salto inesperado. Las proyecciones de crecimiento del PBI, que a comienzos de año apuntaban a un optimista 5,5%, ahora están un punto más bajas.
El fin de las LEFI (la letra fiscal de corto plazo que emitió el Tesoro para que el BCRA gestione la liquidez de pesos con los bancos) metió ruido en el sistema y desplomó la tasa a menos de 20%, Es que de un día para el otro hubo un exceso de 30% de oferta monetaria. Economía ofreció a las entidades cubrirse con Lecap, pero el plazo mínimo de 15 días no les daba el suficiente margen de maniobra. Por eso volvieron a brillar las cauciones bursátiles (un préstamo de cortísimo plazo que tiene un activo como bonos o acciones de garantía). Las tasas de este instrumento llegaron a cruzar la línea de 100%, y aunque ayer se ubicaron en 30%, el serrucho fue nocivo para empresas e individuos. El financiamiento a las compañías llegó a niveles inesperados (los adelantos de cuenta corriente se dispararon de 35% anual a 80%) y muchos bancos directamente cortaron el crédito. “No tenemos tasa”, era el argumento.
¿Cómo se verá este fenómeno en el nivel de actividad? Todavía nadie se anima a dar una predicción, pero los analistas esperan que al menos julio quede tocado por este factor. Por lo menos en la venta de bienes durables, como autos, motos y electrodomésticos, que suelen hacerse con crédito en cuotas.
Hay otro dato que también se suma al consumo frío: en junio los ahorristas volvieron a comprar u$s 2400 millones. Buena parte de esa suma va a cancelar gastos de viajes y turismo hechos en dólares y solo 20% queda depositado como ahorro. La mitad del millón de personas que compró, como si fuera poco, lo volvió a vender. Cuando esos dólares salen del circuito, castigan a aquellos sectores de la economía que viven de consumos eventuales. Ese contexto suele traducirse en los medios como la crisis de la gastronomía, el tiempo libre y el turismo interno.
LUZ ROJA
Que Milei y Victoria Villarruel vivieran nuevos capítulos públicos de su vieja pelea (hablamos de que el Presidente la llame “bruta traidora” en un acto) era algo previsible. Lo de Karina Milei con Santiago Caputo, no tanto. No por la improbabilidad de que ocurra, sino por la virulencia que alcanzó el enfrentamiento, que se disparó por el cierre de listas para las elecciones bonaerenses. Karina Milei demostró que apellido mata cualquier tipo de magia digital que pueda ejecutar el asesor estrella de la Casa Rosada.
A los inversores no les interesa dilucidar quiénes van a ser los candidatos libertarios, o a qué sector pertenecen. Solo quieren tener una idea de si Milei va a lograr un buen resultado en la provincia de Buenos Aires o no, porque esas cifras pueden ser predictivas de lo que pase en octubre a nivel nacional. Y eso si tiene relevancia económica.
El segundo punto de interés es saber si este enfrentamiento interno (en caso de persistir después de octubre) va a tener consecuencias en el reparto de áreas de poder o de gestión. Hay funcionarios que responden a Caputo en todo el Poder Ejecutivo, empezando por el ministro de Salud y el titular de la SIDE, entre otros.
Una novedad de estos últimos días fue la incorporación de Guillermo Francos a una “mesa política” en la que también participan Karina y Santiago Caputo. ¿Qué señal hay que buscar en ese movimiento? Francos era una paloma. Su rol era encarar diálogos y negociaciones con el Congreso y las provincias. En ese reparto de roles, Karina Milei aparecía como talibana, y Caputo, como un negociador menos escrupuloso, capaz de poner sobre la mesa cualquier prenda con tal de conseguir un objetivo (el principal ejemplo fue la negociación con el kirchnerismo la postulación de Ariel Lijo a la Corte).
Si este “cuadrado de hierro” facilita negociaciones que permitan darle gobernabilidad a Milei, será bien recibido. Todos los analistas son conscientes de que la etapa que viene demanda reformas estructurales esenciales y que no hay chance de hacerlas sin el aval de los gobernadores y de los legisladores que les responden. Si prima la postura dura de Karina, que está obsesionada con vaciar al PRO, los riesgos pueden incrementarse. Habrá que convivir con esta incertidumbre por lo menos hasta el 7 de septiembre. La pelea bonaerense determinará ganadores y perdedores en todos los campamentos.