Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 48 segundosUn matrimonio de reconocidos docentes de la UNNE decidió donar su herencia, una casa y un campo, con cargo y usufructo vitalicio, a la Universidad Nacional del Nordeste para que, a futuro, funcionen un jardín de infantes y un espacio de prácticas productivas y estudios de la naturaleza. “Queríamos devolver un poco de lo mucho que la UNNE nos dio y por lo que nos posibilitó ser en lo profesional y como personas”, señalaron. Otto Ferber, médico veterinario, y Elsa Leonor Cabral, bióloga, son dos profesionales de extensa trayectoria, pero también dos entusiastas formadores que en su rol docente siempre buscaron que sus estudiantes no sólo aprendan, sino que se entusiasmen y apasionen por lo que hacían. Llegado desde la ciudad de el Colorado, Formosa, Otto ingresó en 1960 como estudiante en la Escuela Regional de Agricultura, Ganadería e Industrias Afines (ERAGIA-UNNE) y tras estudiar Veterinaria, se desempeñó en la escuela preuniversitaria de la UNNE como profesor por más de 40 años. Por su parte, Elsa, oriunda de la ciudad de Mercedes, Corrientes, estudió Profesorado en Biología, Licenciatura en Botánica y el Doctorado en Biología, y cosechó 45 años de trabajo como docente e investigadora, con tareas repartidas principalmente entre la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (FaCENA) y el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE). El largo recorrido de ambos en la Universidad Nacional del Nordeste y en los distintos ámbitos que transitaron a lo largo de su vida, estuvieron además lleno de amistades y de “discípulos” como llaman a profesionales formados por ambos. Pero el tiempo de la jubilación llegó para esta pareja, y esa instancia final en la carrera laboral no sólo no cortó su vínculo con la Universidad, sino que además los llevó a tomar una decisión con la que buscan manifestar todo su “agradecimiento” por lo que la UNNE significó en sus vidas. Otto y Elsa, hoy de 81 años y 73 años respectivamente, decidieron dejar sus bienes para la Universidad, al no tener herederos directos debido al fallecimiento de su único hijo Otto Federico, años atrás. Recientemente el Consejo Superior de la UNNE aceptó la donación, que consiste en una casa ubicada en el barrio Madariaga de la ciudad de Corrientes y un campo en la ciudad de Paso de la Patria, con cargo y usufructo vitalicio, es decir que la Universidad podrá usufructuar tras el momento del fallecimiento de los donantes. La casa deberá destinarse al funcionamiento de un Jardín Maternal en beneficio de la comunidad universitaria, con el nombre de “Ottito” en memoria del hijo fallecido de la pareja. En tanto, el campo, de 5 hectáreas entre las rutas “Provincial N°98” y “Nacional N°12”, se destinará a prácticas académicas y de investigación, especialmente orientadas a las actividades agropecuarias y estudios de naturaleza, con énfasis en la preservación de la flora y fauna del lugar, en beneficio principalmente de las actividades del área de Ciencias Biológicas de FACENA, IBONE, Ciencias Agrarias, Ciencias Veterinarias y ERAGIA. Decisión Conjunta Fue una decisión que, sin saberlo, la veníamos pensando ambos por separado y una vez hablamos de esa idea y no dudamos en concretarla”, expresó en diálogo con UNNE Medios la Dra. Elsa Cabral. Sostuvo que “lo dimos todo por la Universidad, desarrollando con gran pasión nuestras actividades”, pero sentían que también desde lo económico podían demostrar esa gratitud, “pues en lo económico la Universidad nos contuvo en los primeros tiempos, en especial a Otto que llegó a la ERAGIA sin nada, sólo con un bolso de ropas y un colchón”. “No sabemos si es mucho o es poco esta donación para la magnitud de la Universidad, pero estamos seguros que era lo que teníamos que hacer”, consideró. Actitud Destacada El Rector de la UNNE, Omar Gerardo Larroza, valoró la decisión del matrimonio de Otto y Elsa, y destacó que son dos personas que han dado mucho a la Universidad. En la misma línea, el Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias, Mario Urbani, profesional amigo del matrimonio y que se formó en botánica con la Dra. Cabral, resaltó que “llevaron siempre un trabajo muy importante y muy dedicado para enaltecer a esta Universidad”. Consideró que “este acto de donar a la Universidad todos los bienes que poseen demuestra la calidad humana de ambos”. Un Poco de Historia Otto Ferber llegó en el año 1960 a la capital de Corrientes desde la ciudad de El Colorado, Formosa, para estudiar en la ERAGIA pues, desde muy chico, su deseo era estudiar Veterinaria. Como rememoraba su esposa Elsa, Otto literalmente llegó desde su ciudad “con un bolso de ropa, un colchón bajo el brazo, y nada más”. Es que en ese tiempo era un requisito de la ERAGIA que cada alumno que ingresaba como interno debía traer su colchón. Mientras avanzaba en sus estudios secundarios, pensaba cómo podría solventar sus gastos cuando llegue el momento de ingresar a la Universidad. Pero al finalizar la escuela preuniversitaria, pudo reemplazar a un celador en la ERAGIA y así sortear esa preocupación latente. Hasta cobrar el primer sueldo le permitieron alojarse un tiempo en la escuela, y eso le marcó en lo personal “de estar siempre agradecido hacia la institución”. Tras los tiempos “duros”, su progreso en la carrera de Veterinaria le posibilitó empezar a desarrollar su tarea docente en la ERAGIA, donde Otto Ferber encontraría en la sección Ganadería “mi lugar en el mundo”, espacio en el cual ejercería por más de 40 años, pues se jubiló en 2012. En la escuela pre-universitaria de la UNNE se inició como Jefe de Trabajos Prácticos, Técnico, Jefe de Sección, y ocupó el cargo de Vicedirector de la escuela, e incluso temporalmente debió ejercer la dirección del establecimiento. También cumplió tareas docentes en la Facultad de Ciencias Veterinarias, donde llegó al rango de JTP y Profesor Adjunto. “La ERAGIA fue todo para él, y lo sigue siendo, pues a pesar de estar jubilado sigue colaborando en numerosas actividades con sus 81 años”, señala su esposa para exponer el apego que sienten por esa…