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La mala administración del agua en los bajos submeridionales, y las canalizaciones que nunca se manejaron correctamente, “le hicieron un daño tremendo a nuestra zona”, dijo el productor ganadero Gustavo Wammen, de Villa Berthet.
Se refiere, claro está, a lo que vienen planteando decenas de productores sobre que el agua de las lluvias se va sin que no haya cosecha de agua, generando complicaciones en determinadas épocas del año.

Gustavo Wammen, de la cabaña El Danés, compartió una mirada profunda sobre cómo fue cambiando la fisonomía productiva de esta zona chaqueña, que alguna vez fue uno de los puntos más algodoneros de la provincia.
“La verdad que Villa Berthet fue una de las principales zonas productoras de algodón, pero con el tiempo eso fue cambiando”, comentó.
Explicó que la baja productividad de los suelos, junto con el tamaño reducido de las unidades productivas y los cambios en la recolección del algodón, fueron llevando a una transformación hacia la ganadería.

En esa transición, la zona más alta, los alrededores de Villa Berthet, donde históricamente se sembraba algodón se volcó a la cría. En tanto, las áreas más bajas, hacia Samuhú, Ahumonía y Charadai, se dedicaron más a la invernada y terminación de novillos a pasto.
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente con las bajas precipitaciones de los últimos años y la falta de una gestión adecuada del agua.
“La mala administración del agua en los bajos submeridionales, y las canalizaciones que nunca se manejaron correctamente, le hicieron un daño tremendo a nuestra zona”, adviertió Wammen.
Y agregó: “Cuando no había problemas de lluvias, estaba todo bien, pero ya van cinco años con precipitaciones muy por debajo de lo normal. Muchos productores tuvieron que deshacerse de sus rodeos. La productividad se vino abajo”.
Aun así, el criador resaltó la tenacidad de los productores locales. “Hay que destacar el esfuerzo de los productores que siguen intentando recuperar sus rodeos e invirtiendo. Nosotros los acompañamos como criadores y como cabaña, aportando genética que les permita mejorar y adaptarse. Con más acebuzamiento en nuestros Brangus, y con la incorporación del Brahman y del Ultrabra, buscamos brindar rusticidad para que sigan produciendo en estas condiciones difíciles”.
Wammen también pone el foco en la falta de soluciones técnicas desde el Estado. “Hoy existe tecnología que permitiría resolver muchos problemas de manejo del agua con poca inversión. Lamentablemente, no se está utilizando. Antes podía ser complicado, pero ahora se podría resolver mucho desde un escritorio, con herramientas que ya existen”.