Argentina, en una “burbuja de mercados” frente al escenario internacional de granos.

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El analista y consultor agroeconómico Pablo Adreani analizó ante Agroperfiles la situación actual de los mercados de soja, maíz y trigo. Señaló que el país atraviesa una dinámica propia que no siempre refleja los movimientos internacionales y remarcó la importancia de seguir de cerca los informes del USDA y los precios FOB. “Venimos de una corriente bajista en soja en Estados Unidos, pero en Argentina no bajó el precio. En maíz, mientras el mercado norteamericano se mantiene firme, en el país los valores están prácticamente igual que hace un mes, tanto en lo disponible como en los futuros”, explicó.

En este contexto, Adreani recordó que este 12 de septiembre se publicará el nuevo informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), donde el mercado espera posibles ajustes en la estimación de producción de maíz y soja. “Si el USDA confirma una baja en la producción de maíz americano, el impacto en Chicago podría ser bajista. En soja, si se recorta la producción, el efecto podría ser alcista”, detalló.

SOBRE LOS PRECIOS DE CHICAGO

El consultor –creador de los grupos Gurú Market, Ganadero, y otros y líder de El Faro Trading– remarcó la relevancia de seguir los precios de referencia en Chicago, aunque aclaró que para el productor argentino el análisis clave pasa por los valores de exportación

“Chicago es un faro de tendencia, pero el mercado real para hacer números en Argentina es el FOB de exportación. Hay que comparar el FOB Golfo de Estados Unidos con el de Paranaguá en Brasil y con el de los puertos del Río en nuestro país. Lo mismo ocurre con la harina y el aceite de soja”, indicó.

Con más de 30 años de experiencia en el análisis de mercados, Adreani subrayó que la dinámica global no siempre se refleja en la realidad local: “Hay una lógica que se mueve más allá de lo que se ve en Chicago y que termina marcando las oportunidades para Argentina”.

EL IMPACTO DE LAS ELECCIONES EN BUENOS AIRES

El analista y consultor de mercados destacó ante Agroperfiles que, tras los resultados de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, los mercados locales de granos siguen en una dinámica propia, sin grandes reacciones ante el escenario político. Señaló que la soja ya se estabilizó en 300 dólares y que la industria aceitera enfrenta límites en su stock disponible.

Ademas, explicó que el resultado electoral sorprendió por la magnitud de la derrota del oficialismo y que, pese a ello, el gobierno ratificó la continuidad de su política económica, buscando mantener la estabilidad del dólar y el superávit fiscal. “Dicho eso, el índice de inflación de agosto de 1,9% fue incluso una sorpresa para el propio gobierno. Sin embargo, esto no impactó en los cereales porque el consumo sigue muy débil”, sostuvo Adreani. En ese marco, resaltó que la política macroeconómica se centra en controlar números globales, pero muchas veces deja de lado la economía real, representada por productores agropecuarios, exportadores y economías regionales.

LA SOJA Y SU VALOR

En cuanto a la soja, Adreani señaló que “ya prácticamente está en un piso de 300 dólares en Argentina. Antes del anuncio de la baja de restricciones al aceite y la harina, el poroto valía 270 dólares; hoy alcanza los 300 dólares, tanto para la soja disponible como para la nueva, de abril o mayo del 2026”.

El analista advirtió que la industria aceitera tiene stock limitado, con cerca de cinco millones de toneladas disponibles, lo que representa aproximadamente un mes y medio de molienda. “Estamos en el límite, y esto genera incertidumbre en los operadores económicos y los productores, quienes ante esta situación retienen más y venden menos, prolongando la tendencia hasta después del 26 de octubre”, explicó.

Respecto a las proyecciones económicas, mencionó que algunos economistas, como Daniel Lacunza, presidente de FIEL, sugieren que el gobierno podría considerar ajustes del tipo de cambio tras las elecciones nacionales del 26 de octubre. Sin embargo, advirtió que se trata de teorías y que la realidad dependerá del comportamiento del gobierno y de cómo evolucione el mercado: “Todo eso podría ser positivo para el productor, pero es algo que habrá que ver en la práctica”.

ACCION Y REACCION, NO PULSEADA

Adreani explicó que, más que una “pulseada”, lo que se observa en el mercado es un juego de acción y reacción: los productores retienen la soja frente a estímulos negativos e incertidumbre, lo que genera una posibilidad alcista para el último trimestre de 2025 y el primer cuatrimestre de 2026. “La actitud de no vender implica, en el fondo, una oportunidad para los precios”, señaló.

El panorama del maíz es distinto: los exportadores tienen prácticamente congelados los registros de venta en 22 millones de toneladas y esperan los resultados del informe del USDA. “Si sale un informe bajista de producción, los operadores serán aún más cautos, ya que registrar ventas a precios altos y luego enfrentar una caída implica pagar más impuestos y retenciones”, explicó.

ALGO QUE NUNCA SE VIO

El consulto destacó un hecho inédito: los precios del maíz y la soja disponible son prácticamente iguales a los de las cosechas nuevas de abril de 2026, algo que nunca se había visto.

Esta situación, combinada con la falta de señales de cambio por parte del gobierno, genera un escenario complejo, donde la retención sigue siendo la lógica de muchos productores.

EL GIRASOL TENDRA UNA DEMANDA FUERTE

Respecto al girasol, Adreani señaló que ya existe un mercado interesante: “En el área tres, el girasol cotiza cerca de 500.000 pesos, aproximadamente 357 dólares. Las fábricas ofrecen entre 330 y 350 dólares según el contrato y la fecha, mostrando una demanda fuerte que se mantendrá hasta el final de la cosecha en diciembre”.

El trigo, en tanto, presenta un comportamiento típico de cosecha: los precios bajan en diciembre por la presión de la oferta y luego suben en enero y marzo, mostrando un efecto alcista posterior a la cosecha.

EL MAIZ NUEVO

Finalmente, sobre el maíz nuevo, Adreani señaló que se espera una cosecha récord, con un aumento de superficie de más de un millón de hectáreas, totalizando unas 55 millones de toneladas, lo que podría generar un escenario teóricamente bajista, aunque la clave estará en el informe del USDA y en cómo reaccionen los productores. “Retener y no vender no es una recomendación, es simplemente lógica”, concluyó Adreani, resaltando que los productores conocen bien su estrategia frente a la dinámica actual de los mercados.

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